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mari

Dudas jurídicas

Dudas jurídicas Con los entresijos misteriosos e inexplicables de la justicia y sus leyes he topado, amigo lector. Me he preguntado hoy, sentanda junto a mi mesa camilla, temas sobre juicios, y no he podido mas que recelar de las respuestas y alguna que otra sonrisa esbozada, se ha marcado en mi faz de incrédula y atónita espectadora, sin voz ni voto, pero con inteligencia, pensamiento y memoria, no así poseedora de ningún título de leyes, y ante tal osadía de despropósitos a nivel ciudadano, me remonto años atrás, a la época gobernada por Franco, para muchos el Coco malo, por el cual no se atrevían las mafias a salir a flote, los chorizos se escondían en la noche y eran solo unos cuantos al año, las calles olían a paz y aburrimiento. Pobre del asesino o ladrón que pillasen al talego, no vería el trasiego de su ciudad, hasta pasados cincuenta años por lo menos, eran las leyes duras e implacables.
LLegó la libertad, las calles se volvieron inseguras, multiplicaron por cien las mafias de todo tipo y pelambre, todo tipo de delitos pululan salvajes, al son de rebajas en las penas, el declarar y salir por la misma puerta com mas velocidad que los ultrasónicos. La gente agobiada empezó a tener miedo, a protestar y he aquí mi desconcierto, poco a poco años tras año, las leyes empezaron a endurecerse, no fuera menester, que añoraran tiempos pasados de tranquilidad y eso no era conveniente, pero estamos al borde de conseguir antiguas leyes empolvadas en el baúl de los recuerdos otra vez vigentes.
Y sigo sentada en mi mesa camilla, ante mi cuaderno de notas, y sigo preguntándome, como es posible, que una sentencia dicte el veredicto de mil años enjaulados, y al cabo de unos diez mas o menos, se esté en la calle, pero vamos a quién pretenden engañar, si cuando dicen diez a los dos años están comiendo su paella y su vinito tan ricamente en la playa, como si nada hubiera pasado, aunque tiempos atrás tuvieran delitos de sangre. Sería más fácil, si para el gran público, directamente se contabilizase su estancia real. Ya sabemos que si se portan bien, serán recompesados con estancias inferiores a la emitida en la sala, pero de mil años a diez, eso es una barbaridad y una ofensa para el pueblo.
Y sigo aquí sentada en mi mesa camilla, al son de un tic-tac de un viejo reloj, que me acompaña en mis elucubraciones jurídicas, porque veo ultimamente, que recaudando importantes sumas de dinero y haciendo un segundo juicio, con el abogado mas prestigioso criminalista, hasta te salvan del corredor de la muerte, en el primer juicio el vídeo demostraba que estaba allí posando, ya con el segundo juicio bien pagado, ya lo del vídeo es borroso, no es él quién posa y así inumerables pruebas que de la noche a la mañana tiran por tierra a otros abogados, a otros jueces y toda una serie de pruebas policiales. Y el pobre que robó una flor en el monte, especie protegida, de estar unos cuantos años encerrado ningún abogado le salva, ni para el que robó una comida, como gallina u otra especimen parecida, para llevar algo a la boca a su familia, ni por buena conducta le salva de cumplir integro su veredicto.
Yo me pregunto sobre el primer caso, si el dinero hace ser inocente, si el dinero hace ser mas inteligente al abogado, o es que hay dos clases de abogados el que sabe de leyes y las aprobecha empujado por la sustanciosa paga y busca eximientes aunque sean pintadas, porque pasar algo pasa y muy gordo, cada vez que ya veo a un asesino, me queda la duda de su inocencia, de si pagó bien al abogado, si es famoso, porque al final de eso depende de si es o no culpable, si para cada caso se necesitan dos juicios o tres para estar seguros de lo que hablamos. Y ante tales vericuetos tan complejos y complicados, les dejo a su libre albedrío, seguir pensando, que esta que escribe, ya no quiere seguir sentada en su mesa camilla, está harta de tanta injusticia y al final, no entender nada. Y con otra sonrisa termino con la misma que empezé a escribles, porque es mejor una sonrisa que enfadarse, me voy a airearme a la jungla de la calle. Pasen un buen día.

1 comentario

pegaso -

Mari esto de la Justicia no se como decirte, hay cosas los que todos días estamos trabajando para la Justicia, con nuestro deber de presentar ante la Justicia, a gente y gentuza, por unos delitos o unos hechos delictivos, que nosotros no somos quien los cataloga, si no el Juez es la Autoridad para catalogar si es delito, o es falta, nosotros a veces le presentamos a una persona, que nos ha costado muchas horas de espera, y conseguir unas pruebas para poder demostrar que es culpable y el Juez pueda a esa persona encerrarla para unos cuantos días en el sitio que debe de estar, y a veces nos quedamos estuperfactos, que para su señoria, eso no es suficiente para a esa persona llevarla a prisión, con que muchas veces después de muchas horas de esfuerzo, resulta que en unos minutos esa persona pasa delante de la patrulla policial, y con una sonrisa dice adiós capullos, veis para que tanta movida ya estoy en la calle y ahora no me vais a coger tan facilmente.
Pero como buen profesional agachas la cabeza y sigues trabajando para que la proxima vez consigamos hacerlo mejor y la persona que de verdad para nosotros es culpable y debe ingresar en prisión no se nos vaya, por errores o por pruebas q